Este templo se localiza en una cabecera de manzana comprendida entre la calle de Bartolache, Parroquia y Adolfo Prieto, en el mismo lugar que anteriormente se localizara una pequeña capilla durante los primeros años de la colonia. Ante el crecimiento de su población fue necesario realizar una nueva construcción financiada al igual que otras construcciones religiosas de la zona por los propios vecinos.

Fue así que en 1968 se encomendó la realización del proyecto a los arquitectos Honorato Carrasco y Amaury Pérez de la Horta quienes diseñaron el templo con un esquema semicircular que aprovechando las características del predio, permitió generar una explanada en la cabecera de manzana, dando de esa manera jerarquía a la construcción y creando a su vez una plaza pública para esta parte de la Colonia del Valle. Las obras fueron concluidas en seis años terminándose la totalidad de la construcción en 1974. 

En el momento de su creación este templo fue uno de los más vanguardistas de la ciudad tanto en la distribución de sus espacios como en los sistemas constructivos que fueron empleados en el. Por un parte su planta semicircular responde a las modificaciones realizadas al rito litúrgico tras el Concilio Vaticano II que buscaban un mayor acercamiento más directo entre el altar y los fieles, por otro lado, su diseño a base de un sistema estructural de plegaduras (uno de los más resistentes de la naturaleza) le proporciona una gran expresividad formal que complementa el simbolismo del espacio al estar conformado por doce grandes aberturas protegidas por vitrales que representan a los doce apostoles durante la última cena.

Su sobrio interior, prácticamente desprovisto de ornamentación, es realzado de manera impresionante por sus grandes vitrales, y el domo que ilumina la enorme cruz de madera del altar central, misma que emerge en medio de un gran muro ocre que se abriendo impetuosamente, y matizado por el brillo del cobre que lo recubre al interior, crea un sublime juego de luces y sombras.

El conjunto arquitectónico de la Parroquia de la Divina Providencia se encuentra integrado además por un edificio de departamentos para los sacerdotes, aulas, oficinas y un dispensario, mismos que se encuentra en la parte posterior del predio.

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